viernes, 19 de marzo de 2010

Las tipografías y la cartelería.

Quieras que no, y sepas de lo que hablas o no lo sepas, las tipografías son una parte importante de la imagen corporativa de una empresa. Eso, en caso de tener una.

Las tipos dan un carácter, un estilo propio y una sensación visual de cómo es la propia empresa, tienda, establecimiento, bar, cadena de supermercados, etcétera.

Todo espacio donde hay un rótulo, un cartel, el luminoso de un taller o flyer de la disco o peluquería de turno tiene su juego de tipografías para emplear y así darle distinción, hacer la marca única (o no).

El problema es que si tienes un mínimo conocimiento de la importancia que tiene esto puedes llegar a crear aberraciones de la naturaleza que son de auténtico espanto. Así, te puedes encontrar en una misma calle 14 carteles en que, salvo el cambio del color o del tamaño, todos ha sido creados en una tipografía Arial (la standart desde la llegada de Windows) o una de la versiones de la tipo bauhaus utilizada para un bar de barriada, un taller mecánico y uno de reparación de electrodomésticos.

Esto te hace preguntarte dónde debe estar la empresa de rotulación más cercana porque, a tiro fijo, es la que ha hecho tooodos esos carteles.




Y no es que sea malo escoger una u otra. La cuestión es escogerla por un motivo. No hacer correr el listado de tipografías en el Word y darle al tuntún a la de ya y quedarte con esa. Sino, a la gente que reconoce la tipografía en cuestión o su origen puede ver el cartel y empezar a llorar sangre.

Un caso que me ha ocurrido en los últimos tiempos fue en mi viaje a NY. Yo traía de casa la idea de que la tipografía Copperplate da distinción, es una tipo elegante y se usa en establecimientos de ese tipo. En mi caso relaciono esta tipografía con empresas como la de cafeterías Cappuccino de Mallorca o la tienda de trajes Trucco.

El problema es que al llegar allí, las tiendas de la Quinta Avenida, establecimientos locales y barecitos de toda la vida estaban sobreexplotandola. Fuera cual fuera el sector, la Copperplate reinaba en el centro de la ciudad hasta tal punto que perdía totalmente la identidad para mí.

Di por supuesto que, al ser el Rockefeller Center uno de los emblemas de la ciudad y de los grandes exponentes donde puedes ver la herencia del Art Deco, esta tipografía debió ser utilizada en sus alrededores y mimetizada por toda la ciudad hasta el extremo.

Termino diciendo que no porque todo el mundo tenga un ordenador y una impresora está capacitado para hacer un rótulo. A veces, hace falta pedir ayuda. Aunque eso signifique soltar algo más de dinero. Por el bien de las retinas del público.

Reivindico: no a la Comic Sans! no a los carteles de bares con luminosos de Coca Cola y Cruzcampo! y no al uso sin sentido de bauhauses, copperplates, verdanas o times new roman en el rótulo de la tienda de tu tío, hermano, padre, primo o conocido. Cúrratelo un poquito, por amor de Dios!

2 comentarios:

  1. Lo que hace que me pregunte yo es:

    ¿Alguien nos va a tomar en serio alguna vez en algún momento de la historia?

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  2. La estudio tipográfico posee el atractivo romántico de lo artesanal en un mundo tan tecnificado. A pesar de ser una labor infográfica, requiere de mucho conocimiento, destreza, horas de dedicación y mimo.

    Chef Brûlee >> LOL

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